lunes, 9 de julio de 2012

Aerografiando un lienzo

Como todavía nos estamos conociendo, aprovecho esta nueva entrada para hablaros del destinatario de este lienzo y de la gran influencia que ha ejercido sobre mí.

En nuestra vida disfrutamos de la compañía de personas que desaparecen para siempre dejando sus estelas en nuestro recuerdo. Experimentamos junto a familiares, amigos y conocidos los sinsabores, las alegrías y los acontecimientos que se escriben en nuestra memoria.

Mi padre podría ser el protagonista de una serie televisiva narrada por él mismo, por las numerosas aventuras que ha vivido desde que nació,  y si esa serie fuese creada, seguro que tendría una estética y muchas similitudes con Big Fish (para quien no la haya visto aún, una estupenda película de mi director favorito).

Mi padre es para mí como ese árbol que ha crecido en un bosque azotado por fuertes vientos, inundaciones y duras inclemencias del tiempo. Un árbol de tronco dibujado con mil nudos, fuerte y con una larga historia escrita en sus más de 100 anillos. Es ese árbol que siempre tiene algún nido de pájaro en sus ramas, unas ardillas viviendo en sus protegidos agujeros y unas hojas caducas que se transforman en cada estación. Es ese árbol en el que buscas la sombra del verano y que sabes que siempre prestará sus raices para que descanses después de una lárga caminata, y si hay suerte incluso te regalará uno de sus magnificos frutos.

Si a alguién le debo lo especial de mi personalidad, es a él. Siempre luchó por sus ideales, trabajó incansable durante toda su vida laboral y cometió grandes errores que siempre intentó corregir. Él me enseñó a ser independiente, me hizo consciente de la fuerza de mi físico y de que esa fuerza no sirve si tienes el alma débil. Las palabras autocrítica y esfuerzo eran sus prioridades en mi educación. Sus influencias musicales eran tan variadas que un día podías escuchar algo de Dire Straits por la mañana, y por la tarde Montserrat Caballé amenizaría nuestras charlas. La familia es muy importante para él, a pesar de generar dos familias desestructuradas, siempre quiso que entendiesemos la importancia de esta institución. Quizás sus ideales y la familia convencional estaban destinadas a no poder encajar. Un soñador, un luchador, un idealista; ese es mi padre.


Para él es el lienzo que hoy os enseño y que espero que os guste tanto como sé que le gustará a él. Porque mi padre siempre tiene una mirada de orgullo y de amor, un abrazo consolador y sin su frase "si quieres, puedes" hoy no estaría escribiendo estas líneas.




AEROGRAFÍA EN LIENZO


En este caso he utilizado pintura bicapa negra diluida para crear esta imagen a mano alzada. No hay máscaras ni plantillas. Son 2 horas de trabajo que os muestro a continuación.

marcamos suaves lineas a lápiz





                                 









Aplicar trazadas de poca intensidad

















Seguir repitiendo trazadas para intensificar














Para ganar precisión, acercar la boquilla al lienzo























Resultado final.






A seguir creando y compartiendo!

2 comentarios:

  1. Que bonito Erika!! No lo había leído. Tu padre se tiene que sentir muy feliz con tus letras tan bien expresadas. Yo me he emocionado!! Eres especial!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya tiene el cuadro!!!hace 3 semanas pude dárselo!!pero creo que no se ha leido esto..jijiji!!gracias!!!un besote!

      Eliminar